Los bienes se definen como piratas cuando se han obtenido utilizando componentes, nombres y etiquetas originales suministrados o aprobados por el propietario, pero se producen y comercializan sin el permiso de éste.
La aduana es uno de los organismos encargados de controlar y reprimir el tráfico de mercancías piratas y puede hacerlo por iniciativa propia o a petición y/o indicación de los productores que crean que las mercancías que van a importarse pueden haber sido producidas sin su autorización. Las mercancías reconocidas como piratas suelen ser incautadas y destruidas.